La miel, el edulcorante y alimento natural más antiguo de la historia, se va abriendo nuevos espacios entre los consumidores. Tiene múltiples propiedades beneficiosas para la salud humana, confirmadas por los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Y es que este producto natural suena cada vez con más fuerza como alternativa al azúcar blanca refinada, cuyo consumo debería limitarse o incluso erradicarse por sus efectos adversos para la salud: diabetes y obesidad son los dos mayores enemigos a batir, según los expertos.
Según la FAO, los beneficios de la miel para la salud humana son múltiples: ayuda a superar cuadros de fatiga, mejora la digestión, ayuda a aliviar cuadros crónicos intestinales y es un antiséptico natural, entre otras tantas ventajas comprobadas por la medicina.
Pero el azúcar blanquilla o refinada sólo aporta “calorías vacías”, sin beneficios para nuestra salud, mientras que la miel, además de ser un edulcorante natural, posee múltiples propiedades.
Las recomendaciones de la OMS
Y esta ventaja es especialmente importante a la luz de las últimas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en marzo pasado recomendó a los adultos con un índice de masa corporal normal reducir el consumo de azúcar al 5% de la ingesta calórica diaria, lo que equivale a unos 25 gramos (aproximadamente una cucharada sopera) al día.
La miel es un producto especialmente cuidado en la Unión Europea (UE). El bloque comunitario es el segundo productor mundial, con 217.300 toneladas (según los últimos datos disponibles, de 2011), lo cual supone el 13,3% de la producción total mundial de miel, y desempeña un papel crucial en el comercio de productos derivados de la apicultura, según fuentes de la Comisión Europea.
Además, España ocupó en 2011 el primer lugar en el ránking europeo de producción de miel, con 34.000 toneladas, seguida de Alemania, con 25.800 toneladas, de acuerdo con datos del ejecutivo de Bruselas.
“El Mielecillo”, una iniciativa innovadora en el mercado de los edulcorantes
Precisamente, para satisfacer la creciente demanda de los consumidores europeos por contar con una alternativa más sana al azúcar blanquilla, este miércoles se presentaba en Madrid, y para el mercado internacional, un nuevo producto: “El Mielecillo”, un edulcorante elaborado con miel 100% natural, y granulada, lo cual facilita su consumo. Además, se trata de un producto ecológico, pues está empaquetada en envases elaborados a partir de material reciclado.
Además, “El Mielecillo” cuenta con el aval de la Fundación Española del Corazón (FEC), cuyo vicepresidente, José Luis Palma Gámiz, ha destacado las bondades que supone este nuevo producto frente al azúcar blanca refinada, especialmente para prevenir patologías cardiovasculares y obesidad.
Yago González, Director General de Authentically European, la empresa que lo ha lanzado, explicó en rueda de prensa que “el mercado necesitaba una respuesta y nosotros aportamos una nueva oferta saludable y práctica, un edulcorante que proviene íntegramente de la miel”.
De esta manera, se dota a la miel de un formato mucho más práctico que el de su versión líquida, más incómoda a la hora de ser consumida o manipulada. Según comentó José Manuel López, presidente de la empresa, “más del 40% de personas encuestadas cambiaría el edulcorante por miel si estuviese en un formato más manejable”, según informó EurActiv.es.
El peligro de los edulcorantes artificiales
Por otro lado, un estudio científico realizado por el Instituto Weizmann de Israel ha vuelto a poner el semáforo en rojo ante nuevos riesgos potenciales de los edulcorantes artificiales, sin calorías, utilizados con mucha asiduidad por la industria alimentaria, entre otros productos, en bebidas refrescantes “light”, cereales y postres. La sacarina vuelve a estar en el centro del debate por sus posibles efectos adversos para la salud.
“Nos quedamos sorprendidos al descubrir que tres edulcorantes, la sacarina, la sucralosa y el aspartamo, desencadenaban en los ratones de laboratorio el mismo efecto nocivo que se suponía tenían que prevenir: provocaban una mala utilización de la glucosa por parte del organismo”, aseguró el profesor Eran Elinav, del Instituto Weizmann, principal autor del estudio, según informó EurActiv.es
Fuente: El Mielecillo