La primera constancia que se tiene de la relación entre el hombre y la abeja en España se remonta al paleolítico, como demuestran las pinturas rupestres de la “Cueva de la Araña” ubicadas en la Comunidad Valenciana, que representan una figura humana recogiendo miel de un panal de abejas, estando consideradas como la más antigua evidencia de la actividad apícola en el mundo.
Esta tradición apícola española también queda reflejada en las innumerables referencias que a la miel o las abejas encontramos en nombres de localidades (Colmenar, Colmenarejo, Muchamiel, etc.), comarcas o accidentes geográficos (Pico de la Miel, etc.), o la arraigada tradición de determinadas comarcas que apellidan a la miel de la zona y le dan fama internacional (Miel de la Alcarria).
Para comprender la importancia real de la apicultura dentro de la estructura agraria, hemos de tener presente, además del valor de sus producciones (miel, polen, jalea real, cera, etc.), el importante papel que las colonias de abejas juegan como polinizadores, tanto de plantas cultivadas como de especies silvestres, papel que adquiere una mayor importancia si tenemos presente que en muchas zonas son los únicos insectos que realizan esta función. Por otra parte, posibilita el aprovechamiento de zonas agrarias marginales, que no son susceptibles de otro tipo de usos.
España es actualmente el país de la Unión Europea que presenta un mayor censo apícola, seguido por Grecia, Francia e Italia. Esto supone que España posee más del 21% de la cabaña apícola de la Europa de los 25. España también es el país de la Europa de los 25 con un mayor porcentaje de apicultores profesionales, seguida de Grecia con menos de un 18% de apicultores profesionales. A mayor distancia se encuentran Francia con menos de un 3% e Italia con menos de un 2%.
El sector profesional español maneja alrededor del 75% de las colmenas
La cabaña apícola española ha experimentado un gran aumento en los últimos años. Si nos ponemos analizar distintos censo se observa que en 1985, en España estaban censadas oficialmente 1.102.000 colmenas, censo que se elevó a 1.350.000 colmenas en 1990 y a 1.750.000 colmenas en 1998. Desde ese año el incremento ha sido constante hasta llegar a doblar prácticamente las cifras de la década pasada.
En cuanto a producciones, España es el primer productor europeo de miel, lo que supone más del 26% de la producción total europea y alrededor del 3% de la producción mundial
En cuanto a las producciones anuales de polen, éstas superan 1.000.000 kg, no teniendo datos fiables acerca de las producciones registradas en otros países europeos.
Todo ello convierte a España en la primera potencia apícola europea y en una de las más importantes en el ámbito mundial.
Distribucion de las colemas en el pais iberico
Más del 52% de las colmenas de España se encuetran en en las Comunidades Autónomas de Andalucía, Extremadura y Comunidad Valenciana, zonas fundamentalmente de clima cálido. Los apicultores profesionales de estas Comunidades Autónomas suelen realizar importantes movimientos trashumantes, generalmente sur-norte, a lo largo de todo el año. Otra característica diferencial es que en estas Comunidades Autónomas el tipo de colmena predominante (más del 75% ) es del tipo Layens.
Este modelo de apicultura es muy diferente al que se puede encontrar en otras Comunidades Autónomas del Norte de España, que se podría asemejar más a la desarrollada en otros países europeos.